Vivir con miedo es violencia política

Vivir con miedo es violencia política

Vivir con miedo es violencia política

El arresto domiciliario es un beneficio al cuál un imputado puede acceder. Aplicando para aquellos que se encuentren con una causa penal concreta, o para quienes estén atravesando procesos y situaciones preventivas antes de obtener una sentencia. Se trata de una medida excepcional que está en manos de los jueces de Ejecución Penal, que son los magistrados encargados de controlar la ejecución de la pena una vez que queda firme una condena. Aunque cuando la detención se dispone en la etapa de investigación, el juez de instrucción tiene el poder de decisión.
Hace un par de días se conoció la medida de otorgar prisión domiciliaria hasta que llegue la sentencia firme, al ex intendente de Gilbert, Ángel Fabián Constantino. Quién podrá volver a su hogar, con custodia policial y tobillera electrónica. 
 

Previamente, los jueces Arturo Dumón, Alicia Vivian y Mauricio Derudi lo declararon culpable por tres hechos de abuso sexual simple y con acceso carnal, y abuso sexual con acceso carnal a tres empleadas municipales de la localidad entrerriana entre 2018 y 2021. Se le otorgó la pena de 14 años y seis meses de prisión. Sin embargo y a pesar de las pruebas en su contra, Constantino señaló a la prensa que esta tranquilo. «Gracias a Dios, no hay nada de qué arrepentirme», sostuvo.

Gilbert es una localidad de no más de 1500 habitantes, lo que catalogamos en general cómo «un pueblo chico», dónde «nos conocemos» entre todos. Ubicado a 75 kilómetros de Gualeguaychú, encontró a sus habitantes incómodos ante el caso. Ya sea por asombro, por vergüenza o por bronca ante la situación.

Ahora, si durante el tiempo que llevó desde las primeras denuncias hasta hoy, el jefe comunal no cumplió con las medidas que le impedían acercarse a las víctimas, no tener contacto ni en sus domicilios ni en los lugares que frecuentaban tampoco con familiares y testigos. ¿Por qué se le otorgó el beneficio de prisión domiciliaria? ¿Por qué sigue gozando de ventajas por su lugar de poder? ¿Y las víctimas? ¿Se pensó a la hora de tomar la decisión en quienes radicaron las denuncias y deberán vivir sabiendo que a pocos metros, se encuentra durmiendo cómodo, quien las violento?

¿Hasta qué punto le importó a la justicia el miedo y la incomodidad de quienes fueron víctimas?

Cómo señaló Sandra Cislaghi es indignante la situación, parece que a la hora de tomar decisiones siguen operando los privilegios de poder. «No puede ser que un intendente, después de haber sido comprobado y condenado por violación, se vuelva como pancho por su casa y estando a tan solo unas pocas cuadras de donde vive una de sus víctimas», señalo. «No es necesario saber mucho de leyes para darnos cuenta del terror que deben sentir esas mujeres, sabiendo que un tipo poderoso como él, vuelve a su casa como si nada».

Sandra Cislaghi
¿No es violencia política acaso, que quienes tengan que garantizarnos nuestra seguridad, nos empujen a vivir presas del miedo? ¿Hasta cuándo los privilegios de poder van a continuar interviniendo en las decisiones que afectan los derechos de las mujeres en este tipo de situaciones? ¿No es violencia política quitarle a una mujer las únicas herramientas que tiene para defenderse? Hay condena, hay culpable. ¿Por qué le cuesta tanto a la administración de la justicia accionar con responsabilidad y compromiso?

Imagínate levantarte una mañana y decidir salir a caminar un rato, hacer un par de cuadras, y que el tipo que abusó de vos te sonría desde la ventana de su casa. Saber que en lo único que se vio afectado, es en no poder salir a hacer cosas por su cuenta. Después: duerme en su cama, cena con su familia los domingos, probablemente disfrute de los programas que pasan a la tarde en televisión, hace compras por mercado libre, los viernes se junta a tomar unas cervezas con los amigos que lo siguen visitando, continúa con todo lo que puede. ¿Y vos? ¿Quien piensa en vos? En el miedo que te genera saber que puede golpear tu puerta con tanta rapidez que nadie llegará a tiempo para detenerlo. Sabiendo que tiene los medios para hacerte saber que esta cerca, y que no vas a poder sentirte segura jamás. Ni estando rodeada de gente. Porque los vecinos te miran mal, porque comentan, porque juzgan, porque una condena no siempre nos asegura que nos crean. Lamentablemente, y es por eso que tantas otras eligieron vivir con miedo pero en silencio. Pero vos qué te animaste para que no le sucediera a ninguna más, vos qué tomaste coraje por otras, que pudiste enfrentarlo y lograste confirmar tu acusación. ¿Quien piensa en vos?

¿Quien piensa en las víctimas cuando se toman estás decisiones? ¿Qué lugar ocupa el miedo de las mujeres ante la decisión de devolver al agresor a la comodidad de su casa?

Redacción: Zulma Bouchet