El exjugador de Barracas Central transitaba por Villa Soldati cuando fue detenido para un control de rutina. Intentó huir en su Mercedes Benz de que le pudieran realizar el test, pero la policía lo interceptó a pocas cuadras del lugar.
Efectivos de Despliegue Intervenciones Rápidas (DIR) de esa fuerza se encontraban recorriendo las inmediaciones del Complejo Habitacional Soldati, donde detuvo la marcha de dos autos para identificar a varios hombres que iban en su interior.
Uno de los vehículos era conducido por el exjugador de Racing, Boca, Vélez y San Lorenzo, entre otros equipos.
Mientras los policías intentaban identificar a los ocupantes del Peugeot, Centurión se marchó del lugar y fue perseguido e interceptado en Rabanal al 3200.
El futbolista surgido en Racing y con pasos por el Genoa de Italia, San Pablo de Brasil y San Luis de México, tiene 30 años. Su último paso por Barrancas Central lo mostró muy lejos de su mejor versión, y el vínculo se interrumpió de manera abrupta.
Los efectivos que requisaron el auto de Centurión hallaron un cigarrillo de marihuana y un blister de clonazepam.
Al futbolista, que permaneció algunas horas demorado, se le labró una infracción al artículo 131 y le secuestraron el auto por ausencia de la documentación requerida. La policía también inició una causa por desobediencia y tenencia de estupefacientes.
Los escándalos con Centurión como protagonista se repitieron en los últimos meses y son esos mismos problemas los que lo mantienen alejado del fútbol, pese a sus condiciones y a ser jugador que, por edad, podría tener varios años más de carrera.
La última oportunidad
El club del Chiqui Tapia fue el último que le dio la oportunidad cuando las puertas se cerraban. «Fueron meses duros para mí», contó Centurión cuando fue anunciado en ese club en febrero de este año, ya que volvía a ser parte de un plantel profesional después del frustrado paso por San Lorenzo.
Le llevó un tiempo ponerse en forma y volver a jugar. Lo consiguió, pero nunca fue el Centurión que deslumbró en Racing, ni el que pasó por Boca o Vélez. Apenas seis meses después, el entrenador del equipo, Sergio Rondina, lo apartó del plantel.
«Es un jugador distinto y un buen chico, no genera inconvenientes dentro del vestuario, pero yo no puedo hacer concesiones. Necesitamos chicos que estén involucrados día a día”, explicó Rondina al argumentar las razones para separarlo del plantel. Y en esa línea agregó: «Fui claro con él desde el primer día: le dije que si tenía que pelearme con alguien, me iba a pelear con él y no con los otros 28 (integrantes del plantel), porque con uno solo no puedo jugar”.