Gerardo Morales estrenó su nueva Constitución con la provincia incendiada. Gremios estatales y docentes, movimientos sociales y pueblos originarios rechazaron en las calles de San Salvador de Jujuy la reforma con la que el gobernador limitó el derecho a protestar, y a la que se acusa de preparar el terreno para un avance del negocio del litio sin cuestionamientos ni oposición.
La jura de esta reforma constitucional, que fue aprobada de apuro en tres semanas, y a la que Morales intentó el lunes volver a cambiar como si el texto constitucional dependiera sólo de su voluntad, derivó en fuertes protestas. La respuesta fue una represión salvaje.
«Tenemos unos 170 heridos por las manifestaciones y enfrentamientos, uno de los cuales es de gravedad», informó a la agencia Télam Pablo Jure, director del servicio de emergencias Same en Jujuy. Una persona debió ser operada por el impacto a quemarropa de un cartucho de gas y por lo menos otras dos habían recibido perdigonadas en los ojos. El clima en la provincia es de mucha tensión ante la posibilidad de nuevos operativos represivos en la Quebrada y la Puna
Durante cuatro horas la ciudad quedó envuelta en disturbios, y al terminar el día había 69 personas detenidas, unas arrestadas en la manifestación y otras en posteriores redadas policiales por los barrios. El mensaje disciplinador dado por estos operativos, en los que se utilizaron vehículos sin identificación, fue reforzado anoche con una orden de la Justicia Federal de desalojar los cortes de ruta en las localidades de Purmamarca, Libertador (Ledesma) y San Pedro