La población Argentina alanzo un 49,9% de pobreza, según los datos del Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA) en contrate con los datos ofrecidos por la Encuesta Permanente de Hogares (EPH)
Desde el 2021, la pobreza en Argentina continúa con una tendencia creciente. En dicho año, se registró un 37,3% (bajando su nivel en comparación con el 2020, cuando se registró 42% en épocas de pandemia).
Indigencia y más vulnerables
Por su parte, la indigencia también mostró una mejora, pasando del 18,1% en el primer semestre al 15,8% en el tercer trimestre de 2024. A pesar de estos avances, las cifras siguen siendo superiores a las de años anteriores, reflejando los efectos de la crisis económica de 2023-2024.
Por nivel socioeconómico, los sectores más vulnerables fueron los más afectados. En el nivel “socioeconómico muy bajo”, la pobreza aumentó del 68,3% en 2023 al 75,1% en 2024. En el nivel “bajo”, la proporción de pobres pasó del 56,8% al 61,7%.
Evolución histórica y panorama actual
Entre 2002 y 2012, la pobreza e indigencia habían experimentado una rápida reducción tras la crisis del modelo de convertibilidad. Sin embargo, desde 2013, la economía argentina entró en una etapa de inestabilidad y estancamiento económico, con una inflación acelerada, culminando en la crisis de 2023-2024.
Los niveles actuales de pobreza, que en 2024 alcanzaron un promedio del 49,9% (3° trimestre), representan un aumento significativo respecto al 39,2% en 2022. La indigencia, por su parte, pasó del 8,1% en 2022 al 12,3% en 2024 (3° trimestre). Dichas cifras son consistentes con el periodo actual del país, marcado por las políticas de ajustes implementadas a partir del inicio del Gobierno de Milei.
Pobreza e indigencia en la infancia: 2 de cada 10 viven en la miseria
En cuanto a la infancia, el panorama es crítico: la pobreza infantil en 2024 alcanzó el 65,5%, mientras que el 19,2% de los niños vive en situación de indigencia extrema. Estos niveles son de los más altos de las últimas décadas y evidencian un fuerte impacto en los sectores más vulnerables del país.
Más de dos décadas de pobreza infantil superior al 40% y niveles de indigencia cercanos al 10%. Actualmente, 2 de cada 10 niños viven en pobreza extrema. Viene con una tendencia de crecimiento desde el 2022, cuando dio 61,6% (pobreza) y 13,1% (indigencia).
Los niveles más bajos de las últimas dos décadas se registraron en el 2011, con 38,4 en pobreza y 6,5% en indigencia, pero luego aumentaron por 5 años consecutivos (2012-2016).
Otros indicadores críticos
La inseguridad alimentaria en 2024 alcanzó el 24,3% de los hogares, con un 11,8% en situación severa, reflejando un deterioro constante desde 2018. En el periodo entre 2010-2018, el indicador logró una estabilidad.
Además, la informalidad laboral sigue siendo alta: casi el 50% de los trabajadores no realiza aportes a la seguridad social. Solo el 39,7% cuenta con “empleo pleno”, una cifra similar a la de 2006 y casi un punto menos que en el 2023. En ese marco, bajó la desocupación, pero creció el desempleo oculto a través de los trabajos informales de subsistencia.
El “empleo precario” también aumentó, alcanzando el 27,8%, mientras que el “desempleo” se sitúa en 8,9%, consolidando una tendencia al alza desde 2022. El segundo pico más alto de las últimas dos décadas fue en el 2020 (13,9), época de pandemia, mientras que el primero fue en el 2004 (19,3).
Por otro lado, entre 2002 y 2024 aumentaron los hogares que tuvieron que realizar recortes en atención médica u odontológica. La tendencia también es ascendente, especialmente entre los hogares de nivel socio económico bajo y muy bajo.
Otro dato: en el indicador de malestar psicológico, la tasa de población afectada por un sentimiento de infelicidad (sufrimiento) registró un aumento, especialmente durante el último año. Sin embargo, la desigualdad es notoria entre los pobres no indigentes (subió 1.9%) e indigentes (9.2%). Fuente:
Fuente: Los Andes