Desde 1999 que el 25 de noviembre quedó establecido como el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia de Género en todas sus formas, decretado en la ONU.
Un año más, los grupos de la sociedad civil, de organizaciones políticas y también mujeres autoconvocadas se unieron en una numerosa marcha en la capital entrerriana. Concentrando en Plaza de Mayo y compartiendo el lema del derecho a una vida libre de violencia, la marcha avanzó por calle Corrientes hasta llegar a Casa de Gobierno, donde compartieron el documento redactado por la Asamblea de Mujeres de Paraná.
Se habló de la pobreza, que según las estadísticas, afecta más a las mujeres. Se habló del irrenunciable derecho al aborto libre, seguro y gratuito por el que lucharon durante mucísimo tiempo, y que conquistaron hace nada menos que tres años, pero que ahora se ve amenazado por la postura del gobierno electo de dar marcha atrás con dicha Ley.
Se habló de la complicidad institucional al momento de denunciar una situación de violencia, donde hacen que las mujeres violentadas paseen entre instituciones del Estado como si fuera un trámite menor, mientras los violentos siguen viviendo su vida en libertad, gozando de los privilegios patriarcales.
Se habló de las mujeres desaparecidas, de los travesticidios, de los femicidios que todavía siguen archivados en un cajón de tribunales. Se habló de que la justicia entrerriana revocó la condena a Julian Christe, para la cual se convocó a un juzgado popular.
Bajo la ferviente consigna de Ni un paso atrás, se reiteró la defensa de la ESI en todos los niveles educativos y se exigieron políticas públicas efectivas, y que no sean un derroche de presupuesto que juegue con la vida de las mujeres como si estas no importaran.