Diversas organizaciones sociales, políticas, religiosas y sindicales, firmaron un documento titulado “El hambre no puede esperar”. Reclaman la declaración de la emergencia alimentaria en todos los niveles del Estado.
Una diversidad de espacios, que incluye desde sindicatos y organizaciones sociales hasta espacios religiosos y agrupaciones estudiantiles, conformaron este jueves la Mesa contra el hambre en Paraná, “frente al escenario de urgencia que vive nuestro pueblo y la decisión de recortar todo tipo de asistencia alimentaria hacia nuestros comedores y merenderos por parte del Gobierno Nacional”.
Las organizaciones firmantes del documento advirtieron que “las políticas económicas de las últimas semanas, la creciente inflación, el aumento de los alimentos, los servicios y el transporte, el congelamiento de los salarios, han generado un golpe directo al bolsillo de las familias que cada vez son más las que asisten a los espacios sociocomunitarios”.
Consultado por la decisión del Gobierno nacional de habilitar partidas por 20.000 millones de pesos para la compra de alimentos para comedores, que en enero no recibieron fondos, el dirigente de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP), Mauro Rossi, afirmó a Río Bravo que “declarar una emergencia habla de que las políticas tienen que estar programadas en relación con el acompañamiento, no es sólo una partida alimentaria”, y apuntó a la necesidad de contemplar otros aspectos como el monitoreo de la salud, el de la malnutrición en el desarrollo educativo y medidas concretas que apunten a esa situación.
De todos modos, la quita de las partidas a los comedores durante enero fue la gota que rebasó el vaso ante un escenario económico y social que se agrava día a día. En ese contexto, desde la Mesa contra el hambre advirtieron que “ante un escenario de crisis, la comida no puede ser una variable de ajuste. Por cada comedor popular al que no llegan los alimentos, familias enteras dejan de recibir un plato de comida. Los y las gurises quedan sin meriendas. Nuestros adultos mayores se quedan sin la posibilidad de comer al menos una vez en la semana”.
Rossi dijo que el anuncio de Pettovello fue “respuesta a la presión que estamos provocando” y advirtió un rodeo en el gesto: “Es una salida para no declarar la emergencia. Entendemos que el presupuesto para compra de alimentos sigue siendo asistencialismo y dádivas; es un gesto, pero es tapar un dedo con el sol”, advirtió.
Por esas razones, el reclamo de las organizaciones es la declaración de Emergencia Alimentaria en todos los niveles del Estado, bajo la exigencia de que “se enfoquen en lo urgente, que es resolver la necesidad básica de alimentos para nuestra comunidad”.