El vocero presidencial, Manuel Adorni, anunció ayer que el Gobierno descontará de sus haberes el día no trabajado a los empleados estatales nacionales que se adhieran el próximo miércoles al paro convocado por la Confederación General del Trabajo (CGT), tras lo cual representantes de diversos sindicatos salieron a rechazar esta decisión.
«Se tomó la decisión de descontar el salario a todos los empleados estatales nacionales que se adhieran a la medida. El salario es una contraprestación y quien no trabaje no cobrará», dijo Adorni, en la habitual conferencia de prensa en la Casa Rosada.
En esta línea, indicó que el Gobierno continúa «esperando argumentos para el paro» programado por la central obrera porque, a su criterio, «no termina de quedar claro» el motivo de la medida de fuerza.
Además, reiteró que estará abierta la línea telefónica 134 para «todos aquellos que se sientan extorsionados, amenazados u obligados a parar. La línea es gratuita y anónima», reiteró.
El funcionario consideró que Argentina «está en una situación de urgencia» y el cambio es necesario para «sacarla de la decadencia». Por ese motivo, estimó que «no existe razón para el paro o, al menos, las explicaciones de los porqués son casi infantiles».
Dirigentes de diferentes entidades gremiales salieron a responder, con duras críticas, a la confirmación del vocero presidencial del descuento del día a los trabajadores estatales que se adhieran al paro del 24 de enero. «Intentan generar miedo», afirmó el secretario general de la Asociación de Trabajadores del Estado de la Capital Federal, Daniel Catalano. Añadió que el Gobierno procura instalar un clima de «miedo y desmovilización», al mismo tiempo que ratificó que la medida de fuerza del próximo miércoles «será más fuerte».
Por su parte el secretario general adjunto de UTE-CTERA Capital y de la CTA de la Ciudad de Buenos Aires, Eduardo López, afirmó que no se puede detener «con amenazas» la voluntad de defensa de los derechos de los trabajadores.