LOS CLUBES DE FÚTBOL SE PLANTAN CONTRA LAS SAD

LOS CLUBES DE FÚTBOL SE PLANTAN CONTRA LAS SAD

La movida arrancó el viernes por la tarde, después de que se haya viralizado una entrevista del candidato de La Libertad Avanza con Alejandro Fantino en el año 2022. Usando el ejemplo de los clubes ingleses y la Premier League, donde los empresarios que compran los derechos sobre los clubes pueden manejar los destinos del mismo como a ellos les plazca sin tener en cuenta la voz de los hinchas, Milei deja en claro su rechazo al fútbol nacional y la cultura que gira en torno a dicho deporte.

A raíz de esto, Cristian Malaspina, presidente de Argentinos Juniors, se pronunció a través de su cuenta en la red social X (antes Twitter): “No a las SAD, sólo recuerden la presencia que tuvieron nuestros clubes ayudando a la sociedad en la pandemia.”

Sin embargo, esto no terminó ahí, sino que de a poco se fueron sumando varios clubes argentinos, sin hacer distinción entre divisiones del fútbol argentino o zonas del país. Los que se pronunciaron con énfasis y comunicados más políticos fueron los clubes del ascenso, pero los de primera tampoco se quedaron atrás. Por ejemplo, el de Racing llegó hasta la fibra más sensible de sus hinchas, dado que en el año 2000 vivió en carne propia lo que significa que un club social y deportivo pase a tener las siglas “S.A.” en su nombre.

Tal vez se podría destacar que hace menos de un año este país salió Campeón del Mundo en la Copa Mundial de la FIFA Qatar 2022, pero esa es sólo la punta del iceberg para lo que el fútbol significa en nuestra sociedad, y puede que algunas personas lo crean hasta un logro mínimo en comparación con otras cosas.

Tal vez para el candidato que se llena la boca de pseudo libertad esto no tenga relevancia, pero los clubes de fútbol son un enorme lugar de contención en los lugares más marginados del país. “Un pibe más en el club es un pibe menos en la calle” reza una frase popular, una que aparece en varios clubes de barrio.

Funcionan principalmente con el fútbol, pero también hay deportes como básquet, natación, gimnasia, vóley, o cualquier excusa que sirva para que los chicos estén disfrutando de su infancia, como debe ser, y no incursionando en terrenos que no les corresponden. Dan apoyo escolar y les acercan la merienda, conociendo de cerca el hecho de que muchos niños en la República Argentina comen una sola vez al día.

Se organizan con la comunidad para asistir a los vecinos que atraviesan situaciones complicadas, festejan el Día de la Niñez, les dan útiles escolares, celebran sus cumpleaños y lo más importantes, les garantizan el derecho a jugar y divertirse, a ser gurises en todo el sentido de la palabra.

Uno de los testimonios que tuvieron más repercusión fue el de Luciano Aued, jugador que pasó por Gimnasia y Esgrima de La Plata, Racing, Unión de Santa fe e Instituto de Córdoba. A través de un post de Instagram (luciano.aued), el jugador expuso: “Yo no sería nadie si los clubes no fueran de la gente. Era un nene cuando empecé a jugar en Independiente de La Plata. Mi vieja, Lili, manejaba el buffet y, de paso, como no teníamos un mango en casa, aprovechábamos y comíamos ahí. A mi viejo, el Ruso, lo habían echado de YPF en cuanto la privatizaron. Armó una cooperativa con los compañeros. Probó con un remís. Después se subió al taxi y no se bajó más. Éramos cinco hermanos: nunca nos faltó la comida pero a veces apenas alcanzaba para que ellos picaran algo. Plena década del noventa: nos dolarizaban la vida a costa de no tener empleo.

Las Malvinas de La Plata queda en 140 y 528, en el barrio Las Quintas. Ahí jugaban también Marcos Rojo y Pablo Lugüercio. Me daban todas las tardes un alfajor y un jugo para merendar sin importar cuántos goles hiciera: comer es un derecho y más si sos un pibe. Pino Pietrosimone era el técnico y el presidente. Tenía una casa de deportes y, cuando se me dañaban los botines, me regalaba unos Fulvencito que la rompían. ¡Eso era la felicidad!

En Gimnasia me becaban si viajábamos a algún torneo en el país. Salvo esa vez que vendí el pelo para juntar unos pesos, siempre precisé que me dieran botines, ropa y zapatillas. Cuando la cosa estaba especialmente brava, buscábamos una canasta con fideos, arroz, leche en polvo y puré de tomate. ¿Cómo no voy a estar eternamente agradecido?

Muchas veces pensé qué hubiera sido de mi vida sin los clubes de barrio, sin los clubes siendo asociaciones civiles sin fines de lucro. Siempre me respondo lo mismo: soy el resultado, como miles y miles de nenes y de nenas en este país, de esa solidaridad que nunca van a entender quienes creen que todo es un negocio. Por eso defiendo que nuestros clubes sigan siendo de nuestra gente. Por eso estoy convencido de que hay cosas a las que hay que decirles Nunca Más.”

Clubes que se posicionaron hasta el momento: Boca, River, Independiente, Racing, San Lorenzo, Colón, Argentinos Juniors, Colón y Unión de Santa Fe, Belgrano, Guillermo Brown de Puerto Madryn, Almagro, Brown de Adrogué, Villa San Carlos, Comunicaciones, Tristan Suárez, All Boys, Nueva Chicago, Defensores de Belgrano, J. J. Urquiza, Quilmes, Estudiantes de Caseros, Deportivo Morón, Deportivo Madryn, Deportivo Riestra, Defensores Unidos de Zárate, Deportivo Laferrere, Temperley, Flandria, Sacachispas, Atlanta, Acassuso, Los Andes, Almirante Brown, Estudiantes de Río Cuarto, Deportivo Armenio, Atlético de Rafaela, Argentino de Quilmes, Alvarado de Mar del Plata, Patronato, Chaco For Ever, Chacarita Juniors, Central Córdoba de Santiago del Estero, Tigre, Barracas Central, Rosario Central y Newell´s Old Boys, Banfield, Huracán, Lanús, Arsenal de Sarandí, Gimnasia y Estudiantes de La PLata, Sarmiento de Junín, Atlético Tucumán, Instituto de Córdoba, Vélez Sarsfield, General Lamadrid, entre otros.

(Fuente: @Fede_Roman en X)

En un mundo que ve todo como un negocio, con un vocero que le pone precio a cualquier cosa que se le ponga en frente sin ningún tipo de criterio moral, los clubes de fútbol se plantan con fuerza y orgullo, diciendo que no están disponibles para el negocio de la privatización.

Por estos tiempos donde predomina el individualismo, donde se pretende que cada uno mire su propio ombligo y no le preste atención a los asuntos colectivos, los clubes de fútbol son nuestro faro de esperanza, afirmando que pertenecen nada más que a sus hinchas y a sus socios, y que la construcción en comunidad no se negocia.

Al menos en este país, donde este deporte nos ha hecho llorar de felicidad y tristeza, donde ha sanado corazones destruidos por la guerra y la violencia, donde la cultura futbolera deja de ser mero espectáculo y pasa a ser un estilo de vida, donde once tipos corriendo atrás de una pelota –como suelen decir los que se sienten ajenos para menospreciar el sentir popular- son motivo de unión entre familias que no tienen más en común que el amor por la camiseta.

En este país, en esta hermosa Argentina atravesada por el fervor y la pasión en cada cosa que sucede, los clubes de fútbol le dicen NO a las Sociedad Anónimas Deportivas.

Juliana Avila