Desde el 18 de diciembre que vivimos coronados de gloria. Caminamos por la vida sabiendo que somos los mejores del mundo pateando la pelota. Y no, no es solo un deporte: la hazaña de Qatar trae consigo un montón de enseñanzas y moralejas que se pueden aplicar para cualquier momento de la vida. “Es hermoso saborear el gustito dulce de la victoria. El Mundial fue reflejo de lucha y resistencia. Hay que aprender de los valores y enseñanzas que nos dejó esta victoria”, relata Guillermo, un empleado de comercio y vecino de Villa Domínico, que sale todos los días a la calle para flamear una bandera argentina y recordarles a sus vecinos del barrio que somos Campeones del Mundo.
-¿Cuándo saliste a festejar por primera vez?
-Cuando perdimos contra Arabia estaba muy eufórico. No sabía qué hacer y tenía que enfocar en algún lado esa fuerza. Entonces agarré mi bandera, la até a un palo de escoba con una cinta en cada punta y salí a la calle a sacar toda esa energía que tenía. Era el único en la calle y todos me miraban como bicho raro, ja. Pero quería darle fuerza a la gente en ese momento complicado post derrota.
-¿Desde ese momento salís todos los días?
-Exactamente, hasta el día de hoy.
Ya son 294 días que el vecino de la zona Sur sale a festejar, sin importar calor, frío o lluvia: «Cuando me fui de vacaciones no paré. Me llevé la bandera y todas las ganas de alentar. Fui a Santa Teresita y salí a agitar los trapos a la playa. Yo siempre supe lo que quería transmitir…».
-¿Qué es lo que buscas transmitir cada día que salís a la calle?
-Recordarle a la Argentina que somos campeones del mundo. Hay que saborear el gustito dulce que genera el objetivo cumplido. Quiero que nuestra pasión como argentinos llegue al mundo. Un Mundial no se consigue todos los días. Y el trasfondo de todo este festejo es entender que las cosas valen, nadie te regala nada y nada es fácil. Hay que luchar y sacrificarse para conseguir algo. Por eso cuando llueve, hace frío o hay viento, salgo igual. Y lo que me llena de energía es disfrutar del sacrificio que tuvimos que hacer para conseguir la copa.
-¿Y vas a festejar todos los días hasta el 2026?
-Mi idea es esa. Si puedo y tengo salud, lo voy a hacer.
¿Dónde festeja?
El punto que Guillermo apropió para su festejo diario se encuentra en la intersección de las Avenidas Ramón Franco y Mitre, de Villa Dominico. Todos los días, de 20 a 21hs, él estará flameando la bandera argentina. «El polideportivo José María Gatica es el punto de referencia. Yo siempre me pongo a metros de allí, sobre la mano que va a Avellaneda».