El economista Hernán Letcher coincidió en que la inflación se mantendrá alta por «tres cuestiones. Primero, el esquema de desregulación que plantea Milei: obviamente no va a existir ni Precios Justos ni los fideicomisos y va a haber desregulación en el trigo, la nafta, la carne, el maíz, la energía, incluso en los alquileres», detalló.
«En segundo lugar, porque el efecto de la devaluación va a tener impacto también en materia inflacionaria. Y finalmente porque la quita de subsidios que ya también ha anunciado el presidente electo va a hacer tensar al alza los precios», enumeró.
Letcher sumó a este panorama el impacto que «el recorte de la obra pública y de las transferencias a las provincias» tendrán sobre la actividad económica, además de las consecuencias «que podría tener la devaluación una vez que se desarmen los controles cambiarios».
Por su parte, Zícari remarcó que «los salarios, jubilaciones y planes sociales van a perder muchísimo poder adquisitivo. A su vez, ya están anticipando despidos, una contracción muy grande del gasto, una apertura económica que va a castigar todavía más al mercado interno y la producción doméstica, con lo cual la recesión va a ser también muy fuerte».
El economista destacó que, ante un escenario de caída de ingresos y subas en los alimentos y servicios básicos, «la pregunta es por la tolerancia social, la capacidad que tenga la sociedad de aguantar esto. Yo creo que va a ser muy difícil porque hay mucha parte de la población que está bajo el agua, la situación social va a ser terrible», consideró.
«Se espera que la propia estabilización de tener un tipo de cambio alto, la contracción del gasto y la confianza que despertaría en el mercado generarían una reactivación y un rebote. Ese es el horizonte teórico de lo que quieren hacer, pero acá la pregunta sigue siendo la sostenibilidad social y política de eso», concluyó.