La situación es acuciante para el grano temprano en la zona núcleo, donde los productores esperarán entre 5 a 10 días por lluvias para saber si siembran o no el 40% que todavía resta implantar
El trigo no es el único damnificado de esta nueva sequía que está afectando a gran parte del área agrícola nacional, sino que el maíz está siendo nuevamente víctima de la falta de lluvias. La escasez de humedad en los suelos puso en jaque los planes de siembra temprana del cereal, uno de los cultivos estrella de zona núcleo al que apostó de manera contundente el productor, pero que si no se registran precipitaciones en el corto plazo pasará a ser terreno para los planteos tardíos del grano o directamente pasará a la soja.
El maíz temprano es clave en la producción nacional y en la estructura financiera de los productores y este año, sobre todo con la promesa de la presencia del fenómeno climático “El Niño”, los agricultores apostaron a la implantación del cereal. No obstante, la ventana de siembra va llegando a su fin y los productores esperarán las lluvias unos cinco o diez días más para saber si podrán sembrar el cereal o tendrán que cambiar sus planes.
Según la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), en la zona núcleo, principal región productora, aún restan implantarse alrededor de 540.000 hectáreas, algo que depende de la llegada de nuevas precipitaciones. Así, con el 60% implantado, “la región sigue esperando lluvias y el límite sería mediados de octubre”. Las áreas más demoradas son el centro-sur santafecino, donde las labores se frenaron en un 5% debido a la falta de humedad en los perfiles del suelo. Le sigue el noroeste bonaerense, con un 15%, y el sudeste cordobés con un 70%, planteó el informe.
“Este año hay una conexión entre lo financiero, lo climático y la situación de los cultivos. Hoy hay dos cultivos que están con una máxima necesidad de lluvias, como son el maíz temprano y el trigo. Venimos de un ciclo agrícola que dejó pérdidas casi totales, a lo que se suman todos los insumos que se deben pagar en esta campaña, por lo cual ese rojo tiene que cubrirse en parte en diciembre con la cosecha de trigo y en marzo y abril con el maíz temprano o la soja”, dijo Russo responsable de la Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la BCR.
Por esta cuestión, “este año se decidió sembrar de urgencia (maíz temprano) por una cuestión financiera. Entonces, si ahora en vez de sembrar un maíz temprano se implanta uno tardío, la cosecha pasa para después de agosto. Por eso, estamos viendo desesperación por sembrar de manera temprana y la fecha límite va a ser hasta el 15 de octubre, por lo que las lluvias que se podrían dar mañana son la última carta del productor”.
Según un informe de la entidad financiera al que accedió Infobae, si se analiza el agua útil en el perfil, todavía una extensa porción del país se encuentra con condiciones de déficit hídrico, cuestión que podría comenzar a ver un cambio paulatino hacia fines de la primavera por la llegada del Niño. No obstante, la zona núcleo mantiene como fecha máxima de siembra de maíz temprano entre el 15 y el 20 de octubre, lo que hace necesario “sí o sí un aporte de humedad durante los próximos 10 días para cumplir con los planes de siembra”
“Como conclusión –indica el trabajo– transitamos un escenario muy complejo para el maíz esta campaña dado por una incertidumbre en cuanto a lo climático, un aumento en la proporción de siembras tardías que ya repercuten en el potencial de producción y una baja potencial en la superficie de maíz en una de las zonas más importantes de producción de maíz temprano”.
Fuente: Infobae