En las últimas 24
horas, trascendió una ola de calor situada en Brasil, donde la
temperatura llegó a superar los 45°C. San Pablo y Río de Janeiro
registraron variables entre 58°C y 63°C.
Se estima que los meses más calurosos del año en Argentina van a tener temperaturas superiores a lo habitual en el norte y centro del país. La ola de calor no azota solamente a la tierra carioca, sino que también llegó a Bolivia y Paraguay, afectando por su cercanía también al norte de nuestro país.
Los efectos del cambio climático son cada ves más visibles y radicales. Sin ir más lejos, el año pasado se lanzaron varias alertas rojas a lo largo del verano por las temperaturas altas que salían del rango normal.
Según nuevas estadísticas, este año va camino a ser el más cálido de la historia.
A la par de la agenda política, también se organiza una agenda climática igual de ajetreada. La novedad se conoció este miércoles: la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera, responsable del calentamiento global, batió récord en 2022. De acuerdo a lo anunciado desde la Organización Meteorológica Mundial (OMM) de Naciones Unidas, el planeta exhibe una tendencia en alza de la presencia de dióxido de carbono, metano y óxido nitroso que no se revierte.
La información se comparte a pocos días de celebrarse la cumbre del clima N° 28, que tendrá lugar en Dubai a partir del 30 de noviembre. La humanidad, a paso firme y peligroso, se acerca a un punto de no retorno, y el compromiso que los países han asumido se torna insuficiente.
«Pese a las advertencias de la comunidad científica, seguimos en mala dirección», dijo Petteri Taalas, secretario general de la OMM, organismo que a partir de 2024 será liderado por Celeste Saulo, exdirectora del Servicio Meteorológico Nacional.
Por primera vez en la historia, las concentraciones de dióxido de carbono superaron el 50 por ciento en comparación a la era preindustrial, el escenario más antiguo del que se tiene registro. Un patrón similar al de otros gases de efecto invernadero como el metano y el óxido de nitrógeno con niveles que, según la OMM, continúan incrementándose en 2023.
En 2022 la concentración en la atmósfera de dióxido de carbono fue de 417,9 partes por millón (ppm), la de metano de 1.923 partes por mil millones (ppb) y la de óxido nitroso a 335,8 ppb. ¿Qué implican estos datos? Un aumento del 150, 264 y 124 por ciento, respectivamente, en comparación con el año 1750.
«Con un 99 por ciento de probabilidades, este año será el más cálido del que se tenga registro, según lo que aportan las distintas bases de datos«, señala Inés Camilloni, investigadora del Conicet y referenta argentina presente en la reunión del Grupo Intergubernamental de Cambio Climático, llevada adelante por la Organización Meteorológica Mundial en la que se presentó dicho informe. Y continúa: «Las emisiones están aumentando y no hay perspectivas de que se vayan a reducir. Todas las esperanzas están puestas en la Cumbre Climática (COP), en la chance que en Dubai los gobiernos asuman el compromiso de cumplir con el acuerdo de París. Hasta el momento, si bien plantearon el objetivo de reducir emisiones, lo conseguido no está en línea con lograr el objetivo de 1.5 grados».
Todos suscriben y nadie cumple.
Los científicos y las científicas de todo el planeta que se nuclean en el IPCC difunden de manera periódica sus informes que sintetizan, en cada ocasión, la información corroborada en miles de artículos académicos. La evidencia sobre la influencia humana en la recurrencia de fenómenos extremos (precipitaciones, sequías, deshielos acelerados, reducción de glaciares, etc.) es arrolladora.
Aunque el Acuerdo de París (signado en 2015 por 195 naciones) planteaba el compromiso de limitar la emisión y frenar el aumento de temperatura a 1.5 grados con respecto a la era preindustrial, según la última evidencia recopilada, ya se prevé que el incremento superó 1.15 grados.
Por lo tanto, la meta consensuada se exhibe casi imposible de cumplir en las próximas décadas. Sobre todo, si se tienen en cuenta los magros esfuerzos que realizan los países más poderosos del mundo por cambiar su matriz energética hacia fuentes renovables.
«Desde el punto de vista de la evidencia científica, el mensaje es claro: hay que reducir emisiones de manera urgente y el tiempo para cumplir con las metas propuestas cada vez se agota más rápido«, comenta Camilloni.
UN CANDIDATO NEGACIONISTA
A excepción de Javier Milei, existen muy pocas voces a nivel mundial que se pronuncian en contra de la evidencia científica. Si bien hay temas en que las controversias son aceptadas (y hasta incluso bien recibidas), el vínculo entre la acción humana y el calentamiento global es innegable.
Ante la pregunta de Myriam Bregman en el debate presidencial previo a las elecciones generales de octubre, el libertario dijo: “No niego el cambio climático. Lo que yo digo es que existe en la historia de la Tierra un ciclo de temperaturas. Es decir, hay un comportamiento cíclico y este es el quinto punto del ciclo. La diferencia con los cuatro anteriores es que antes no estaba el ser humano y ahora sí está el ser humano. Por lo tanto, todas esas políticas que culpan al ser humano del cambio climático son falsas y lo único que buscan es recaudar fondos para financiar vagos socialistas que escriben papers de cuarta”.
Pero lo del debate no fue una excepción. En una entrevista con Tucker Carlson, periodista de la cadena Fox News, también destacaba: “El mundo ha tenido otros picos de altas temperaturas como tiene ahora. Es un comportamiento cíclico, independientemente de la existencia del hombre”.
Consecuente con su ignorancia, en 2021 dialogaba con el youtuber Julián Serrano, y ya expresaba: “El calentamiento global es otra de las mentiras del socialismo. Hace 10 o 15 años se discutía que el planeta se iba a congelar. Ahora discuten que se calienta, aquellos que conozcan cómo se hacen esas simulaciones van a ver que las funciones están sobresaturadas en determinados parámetros a propósito para generar miedo”.
Fuente: Página 12