Así arranca el paisaje de la escena libertaria: un contexto estremecedor y caótico que deviene en su final. En la hora cero, el anhelo de un pasado distópico, la construcción de lo nuevo, de la libertad. El punto de partida para desatar las fuerzas sobrenaturales que emanan del cielo para transformar nuestro infierno.
Un shock de libertad hacia la revolución moral, un diluvio que arrasa con el Estado y reescribe el lugar de todos. Una pausa que derriba la inclusión, donde el pensamiento fluye sin solidaridad y la teología es circunstancia de todos los interrogantes.
¿Puede alguien decirme: «me voy a comer tu dolor»
Y repetirme: «te voy a salvar esta noche»?
Por: Alan Gomez Tutau
El infierno está encantador esta noche – Los redondos.