El resultado de las PASO nos mostró una realidad: la existencia de una gran probabilidad que el candidato de La libertad Avanza fuese presidente. Por ello, a medida que se acerca el dia de la votación los referentes del espacios deben maximizar los discursos sobre las fortalezas su plataforma y evitar generar oportunidades que puedan ser capitalizadas por otros espacios, ya que la ciudadanía se muestra más reactiva -y volátil- a las propuestas de los partidos que presenten posibilidades reales de acceder al poder. Esto, sumado a un clima de inestabilidad económica, la incertidumbre política juega en contra. Es comprensible que en ese escenario el electorado elija, o se mantenga dentro de las opciones más moderadas. Esto no es más que una situación marcada por el Teorema de Baglini. Este sostiene que el grado de responsabilidad de las propuestas de un partido o dirigente político es directamente proporcional a sus posibilidades de acceder al poder. Es decir que los políticos se tornan más prudentes en sus propuestas a medida que ven más cercana la posibilidad de acceder al poder. Claramente miembros del espacio de la LLA no tuvieron en cuenta las palabras del entonces diputado de la UCR.
Desde las PASO hasta el dia de hoy el escenario partidario ha mutado desde un multipartidismo caracterizado por tres fuerzas efectivas con considerable distancia ideológica, a un multipartidismo moderado en donde veremos dos coaliciones en competencia por los votos del partido que obtuvo menor rendimiento (y que sus votos son capaces de generar una diferencia para los competidores), es decir, Juntos por el Cambio. En ese sentido consideraremos la siguiente regla.
Según el politólogo italiano Gianfranco Pasquino “Todas las veces que los sistemas de partido son […] multipartidistas moderados, la dirección de la competencia es centrípeta, vale decir que los partidos buscarán el consenso moviéndose, dentro de ciertos límites, hacia el centro, a la conquista de electores que se encuentran en este espacio…” (Pasquino, 2004)
La teoría de juegos y coaliciones políticas
A partir de la teoría de Von Neumann y Morgensten tomada por Riker (Riker, 1962), vemos cómo se comportan y bajo qué criterios se podrán formar coaliciones. En principio las condiciones válidas de la teoría de los juegos para el modelo de construcción de las coaliciones son las siguientes:
- Todos los actores actúan de manera racional (con intereses racionales: los incentivos).
- La condición de suma-cero (equivalencia entre lo que ganan unos y lo que pierden otros, en este caso aplicado a las coaliciones políticas)
- El principio del tamaño (se refiere al tamaño como condición de construcción de las coaliciones ganadoras)
En los juegos, la preocupación es seleccionar una estrategia de manera tal que el jugador se asegure, como mínimo, tanta recompensa como la que pueda obtener de su oponente si éste usa su mejor estrategia posible. Para sintetizar y prescindir de las fórmulas del autor, se llega a la conclusión de que “entre los jugadores con información racional imperfecta (como son los partidos políticos), sólo se formarán coaliciones vencedoras mínimas” Esto significa que las coaliciones buscarán incorporar aquellas más cercanas, en un discurso que pueda captar votantes que no se encuentren ideológicamente dispersos para eliminar las variables del “principio del tamaño” y no buscar maximizar la cantidad total de votos. De lo contrario, buscar atrapar todo el espectro de electores resultaría en mayores dificultades para articular una única propuesta, al mismo tiempo que contradictorias, lo que podría no asegurar la atracción de nuevos votantes “indecisos” e incluso con un alto riesgo de perder el apoyo de los votantes previos.
¿Qué está pasando en las coaliciones actuales?
Juntos por el cambio aglutina a más de diez bloques y/o fuerzas individuales por lo tanto es de suponer que hasta tanto se defina una línea de apoyo, las alternativas realistas son dos: que colaboren o que no colaboren. En el caso afirmativo de colaboración, puede ser hacia un espacio o que se divida el apoyo -en más o menos medida- para cada candidato (Sergio Massa y Javier Milei). En el caso que no colaboren con ninguno y se queden en su propio espacio, podrán actuar como futura oposición (no despreciable dado la cantidad de escaños en el Congreso). Aquí se verá cómo los líderes de la coalición lean la situación e identifiquen los incentivos, sean colectivos (vinculados con la identidad, solidaridad e ideología) o selectivos (es decir, los beneficios de poder y/o relacionados con concesiones materiales para aquellos que los respalden), así como el poder de negociación de los otros espacios teniendo en cuenta las mismas variables (incentivos).
Dentro de esta coalición, a dos días de haberse celebrado el acto democratico, María Luisa Storani, vicepresidenta del Comité Nacional de la Unión Cívica Radical (UCR) y parlamentaria del Parlasur, adelantó que «es muy probable» que su partido confluya en un apoyo a Sergio Massa, aunque pidió que «el Gobierno haga más fácil militar estas ideas y que los ganadores asuman un Estado decente».
Además, el histórico dirigente radical Federico Storani aseguró que «muchos radicales» apoyarán al candidato presidencial de Unión por la Patria (UxP), Sergio Massa en el balotaje al sostener que «es la única opción democrática que quedó».
Horacio Rodriguez Larreta señaló al respecto de Javier Milei que “No creo cada una de las cosas que plantea, no creo en eso y lo digo claramente, Si tengo todos estos desacuerdos, ¿Cómo lo voy a acompañar? es un tema de valores». Asimismo, aclaró que tampoco se uniría a Unión por la Patria: «No le daría la mano al kirchnerismo y Massa es el kirchnerismo, lamentablemente. […] Yo no coincido en los valores y en la visión, no puedo acompañarlos en esta» manifestó.
Como ya había adelantado previamente el candidato a presidente, Sergio Massa expresó luego del resultado del acto comicial su intención de convocar a un gobierno de unidad nacional. Además se dirigió a los votantes de Bregman, Schiaretti y a “esos miles de radicales que a lo largo de la Argentina comparten con nosotros valores democráticos pero también a aquellos que eligieron otra opción…”
Desde La Libertad Avanza buscan hacer a un lado las internas y comenzar a tender puentes, principalmente hacia Patricia Bullrich y Juntos por el Cambio (aprovechando el vínculo con Mauricio Macri) para así lograr el apoyo necesario bajo la lógica de un “enemigo común”, no así con Horacio Rodriguez Larreta, a quien Milei se refirió diciendo «Me parece que él no representa las ideas de la libertad. Tiene claros rasgos colectivistas y cada vez que tuvo que dar una definición un poco más profunda, siempre la tiró para la tribuna». Al mismo tiempo la diputada y candidata a vicepresidenta, Victoria Villaruel subrayó «Les vamos a abrir las puertas a todos», siguiendo la línea de Javier Milei, quien el pasado lunes le ofreció ministerios a referentes de Juntos por el Cambio e incluso del Frente de Izquierda. Las opciones recién se empiezan a barajar dada la interna actual en el espacio de el candidato libertario.
Consideración final
En definitiva todavía no hay certeza de las coaliciones efectivas, solo probabilidades que comienzan a surgir de declaraciones no oficiales bajo incentivos colectivos y pragmatismo puro. Luego del ballotage incluso podría ocurrir que la variable de estabilidad sea endeble y las coaliciones se desarmen. En la historia existen numerosos ejemplos de coaliciones formadas solamente de cara a la elección y luego disueltas y reorganizadas dado el panorama político/ideológico cambiante.
Como vimos anteriormente, según la teoría de juegos, las coaliciones que se formen (en este caso: dos), deberán respetar la variable del tamaño y dada las circunstancias de suma cero buscar sumar los votantes que se sitúan cerca del centro del espectro ideológico, que convergen en las intenciones de la otra coalición. Podemos tener certeza que las coaliciones de gobierno que se formaran de cara al ballotage “…ejercerán su influencia en las competencias electorales sucesivas, conformando la solidaridad político-gubernativa, o bien tomaran distancia recíprocamente…” (Pasquino, 2004)
Por Lionel Corajuria