Analistas privados estiman que el 90% de la deuda comercial es entre empresas vinculadas a quienes buscarían colocarles deuda a tres años.
Hace apenas unos meses, un referente económico de la Libertad Avanza le comunicaba en una charla virtual a un grupo de directores de finanzas de empresas con problemas para pagar deudas con proveedores con el exterior, que la administración de Javier Milei los iba a ayudar con el problema, pero que tenían que tener paciencia. Desde este martes, a dos semanas de asumir, el gobierno comenzará a ofrecerles una salida, aunque se trata de una opción imperfecta.
El Banco Central pondrá a disposición tres series de Bonos para la Reconstrucción de una Argentina Libre (BOPREAL), que serán ofrecidos “como vehículos para canalizar la demanda de divisas de los importadores de bienes y servicios con deudas comerciales por operaciones con registro aduanero o servicio efectivamente prestado hasta el 12 de diciembre de 2023”.
El BOPREAL tiene una versión al 31 de octubre de 2027, con una tasa del 5% que amortizará en abril del 2027 y al final- y pagará intereses cada 6 meses. Una segunda serie al 30 de junio de 2025, sin pago de intereses, pero que amortizará todos los meses. Y la tercera al 31 de mayo de 2026 con tres desembolsos trimestrales de amortización e intereses y una tasa del 3%. Estos bonos los van a comprar los bancos por orden de sus clientes.
Para adquirir los BOPREAL, la empresa deberá contar con las respectivas certificaciones sobre el monto pendiente de pago emitidas por la o las entidades encargadas del seguimiento de las oficializaciones involucradas en el Seguimiento de Pagos de Importaciones de Bienes (SEPAIMPO),
Tal como había informado Ambito el 1ro de noviembre pasado, se estima que el 90% de la deuda comercial es entre empresas vinculadas, de una filial en el país con su casa matriz en el exterior. En la mayoría de los casos son grandes corporaciones globales con “espalda financiera” para esperar a cobrar al final.
Los BOPREAL se podrán negociar en el mercado secundario pero su valor sería del 40%, lo que vale un título de la deuda argentina estimaron empresarios. Por lo tanto, si Milei pudiera conseguir que las matrices acepten el bono más largo, la deuda a pagar entre el primero y el segundo año se reduciría a u$s18.000 millones.
“El problema es que mi proveedor no me acepta los BOPREAL”, dijo en una charla con Ámbito un directivo de destacada trayectoria en la gremial quien consideró que en su caso particular el instrumento financiero no le resuelve la situación. A lo sumo, como se permitirá con ellos pagar impuestos, cancelar saldos con la AFIP. Es por ello que la mecánica de las empresas con el nuevo título es consultar con su acreedor si se los acepta para cancelar el compromiso. De ser así, todo se cierra ahí.
Lo que se especula es que luego de lanzarse el BOPREAL el Banco Central disponga en algún momento no muy lejano que las empresas vayan al Contado con Liquidación a buscar divisas para girar al exterior, algo que no se podría hacer en el corto plazo porque implicaría meter una demanda adicional de u$s30.000 millones (por lo menos) que haría estallar la precaria estabilidad conseguida en los primeros días del gobierno de Milei.