El arte de criminalizar la cuestión… relativamente hablando
El pasado sábado una mujer fue detenida en el Banco Credicoop, ubicado en calle 25 de Mayo casi 9 de Julio, de la capital entrerriana. La protagonista del hecho llamó la atención de los presentes a causa de la cantidad de operaciones realizadas con diversas tarjetas.
Al parecer, la sospechosa señaló al Movimiento Evita como la fuente de sus acciones.
Es sorpresiva, al ser detenida y cuestionada por las fuerzas de seguridad, la inmediatez al alinear su conducta ilegal con una organización política y comunitaria. Acaso, ¿No es un riesgo, ciertamente alto, intentar extraer dinero con 22 tarjetas diferentes en un mismo lugar? Imaginemos, para ejemplificar, que al momento de pensar el ilícito, se presupone que en cada banco habrá cámaras de seguridad. Además, si son “solo” veintidós plásticos, ¿por qué no hacer las extracciones en diferentes días o, incluso, en distintos momentos del mismo día?
Sin embargo, frente al apremio y la congestión, la mención al movimiento popular naturalizó, a priori, la circunstancia.
Aun así, el entorno de especulaciones que podríamos argumentar, encontrarán el hilo conductor que nos lleve a la tan ansiada necesidad de denostar los síntomas colectivos.
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Parece que se dice pensando que, cualquier cosa que digamos, no causa nada, pero, relativamente hablando, no es sorpresiva la función mediática de habilitar el sentido de la conspiración.
Si la fuerza del presente indica que el objetivo es señalar la corrupción, deberíamos, también, buscar dentro de nosotros mismos. Me permito pensar que existe algo incómodo que nos aleja del otro.
Resulta interesante, relativamente hablando, que es precisamente la cercanía lo que caracteriza a los movimientos populares.
La política es una herramienta que está al servicio de nuestra sociedad. Lamentablemente, hay personas que, sosteniendo discursos que hablan de extinguirla y socavarla, generan popularidad.
Hay personas organizadas en todos lados, aunque cueste creerlo y, es más, desean gobernar.
Por: Alán Gomez Tutau