Distintos proyectos de reintroducción lograron que vuelvan a su hábitat en varias provincias. La importancia de esta especie en el ecosistema es clave para el equilibrio ambiental.
Siempre se afirma que los animales que están en la cima de la cadena alimenticia son clave ya que su extinción puede provocar un desequilibrio ambiental peligroso para todas las especies vivientes. Ese es el caso del yaguareté, animal emblemático argentino que hoy celebra su Día Mundial en medio de un peligro crítico de extinción.
La buena noticia es que varios proyectos de reintroducción donde intervienen distintas organizaciones lo están trayendo de regreso a su hábitat natural.
El 29 de noviembre se celebra el Día Mundial del yaguareté para concientizar sobre su conservación y destacar la importancia de esta especie para la salud de los ecosistemas.
En Argentina, la caza y la destrucción de ambientes naturales provocaron que el yaguareté pierda más del 95% de su área de distribución: hoy sobreviven apenas entre 200 y 250 yaguaretés en todo el país, según datos de la Fundación Vida Silvestre Argentina.
El yaguareté es esencial para mantener la salud del ecosistema: su presencia regula, por depredación o competencia, a las poblaciones de otras especies, con un efecto “de cascada” a lo largo de la cadena trófica. De hecho, monitoreos científicamente robustos están permitiendo documentar los efectos sobre el ecosistema que resulten del regreso de su depredador tope.
Proyectos para volver a poblar de yaguaretés al país
Un proyecto iniciado en 2012 para reintroducir al yaguareté en los Esteros del Iberá, en conjunto entre el Gobierno de Corrientes, Parques Nacionales, Rewilding Argentina y Tompkins Conservation, trae esperanza para la recuperación de la especie.
Una vez finalizada la construcción del Centro de Reintroducción del Yaguareté en la isla San Alonso, en el corazón del Parque Iberá, y gracias a la donación de ejemplares por instituciones de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay ya la participación de científicos y expertos de la especie, se constituyó en los años siguientes una población fundacional que hoy cuenta con dieciocho individuos.
Así, Corrientes pasó de no tener ningún yaguareté libre en los últimos 70 años a albergar a casi el 10% de los yaguaretés que habitan en Argentina, además de ser la provincia de la región chaqueña argentina con la mayor cantidad de individuos.
Más aún, con registros de nuevos nacimientos en libertad, Iberá se encamina a convertirse en el parque nacional de Argentina con el mayor número y las densidades más altas de estos felinos.
En 2018 nacieron las primeras crías de yaguareté dentro del Centro de Reintroducción del Parque Iberá. En los años siguientes, más nacimientos continuaron ocurriendo, tanto en el CRY como en total silvestría en el parque.
Evaluar y monitorear de manera sólida y confiable estos efectos es una tarea fundamental pero sumamente compleja que requiere del trabajo mancomunado de diversos institutos del CONICET, Proyecto Yaguareté y Rewilding Argentina, con el apoyo de National Geographic Society.
A pesar de lo titánicos que parezcan, estos proyectos son necesarios para que las especies regresen a los lugares en donde desaparecieron por causas humanas y vuelvan a cumplir sus roles ecológicos. Este es el primer proyecto a nivel mundial que intenta restablecer al yaguareté en una región donde se había extinguido, y sus resultados auspiciosos hacen que sea observado como ejemplo a ser replicado en la Mata Atlántica de Brasil y en el sur de los Estados Unidos.
La vuelta del yaguareté, además, impacta positivamente en las localidades vecinas al parque, ya que la posibilidad de sumar el avistaje del mayor felino de América consolida al Iberá como uno de los destinos de observación de fauna silvestre más importantes de Argentina. Con la experiencia adquirida en Iberá, Rewilding Argentina junto a Parques Nacionales iniciaron en 2020 un proyecto para recuperar al yaguareté en el Parque Nacional El Impenetrable, en la vecina provincia del Chaco, donde se espera liberar próximamente las primeras hembras.
El primer registro de un yaguareté concebido y nacido libre en el Parque Iberá ocurrió en el año 2022. Este hito del proyecto indicó que la población se encuentra creciendo y adaptándose bien al ambiente de Iberá.
“La historia del depredador tope de Iberá nos inspira a seguir implementando el rewilding para recuperar la salud de los ecosistemas de Argentina e impulsar nuevas economías que beneficien a todos”, sostuvieron desde la fundación.
La situación del yaguareté en Argentina
El yaguareté (Panthera onca) es el mayor felino del continente americano. Los machos alcanzan los 2,50 metros de longitud, incluida la cola, y llegan a pesar hasta 140 kilos. La especie se distribuía desde el sur de Estados Unidos al centro-sur de Argentina.
Sin embargo, en los últimos 200 años ha desaparecido de su rango de distribución histórico principalmente debido a la cacería, disminución en la abundancia de sus presas y a la destrucción y fragmentación de su hábitat. Actualmente, la especie ocupa un 5% de su rango histórico de distribución en el país.
La ecorregión del Gran Chaco que se distribuye entre Bolivia, Paraguay y Argentina alberga una altísima biodiversidad, representando un sitio clave para la conservación del yaguareté. Sin embargo, este complejo de áreas protegidas y tierras privadas enfrenta grandes amenazas para la conservación de ésta y otras especies.
En Argentina la población de yaguareté del Chaco Semiárido actualmente está conformada por menos de 20 yaguaretés,convirtiéndola en la más amenazada del país, comparada con las poblaciones de la Selva Paranaense (Misiones) y la región de Yungas (Salta y Jujuy).
Las causas de este colapso incluyen la intensa actividad de caza ilegal, la pérdida de ambientes naturales donde habita la especie, con una tasa de deforestación del Chaco Semiárido considerada una de las más altas de Sudamérica. Este escenario se repite en Paraguay, donde se registra la mayor proporción de cambio de uso de la tierra para la implementación de sistemas agropecuarios en la zona del Chaco Seco.
Fuente: Infobae