Daian Clari: «Ser independiente cuesta un montón, pero también es cuando abrazamos el valor y la astucia»

Daian Clari: «Ser independiente cuesta un montón, pero también es cuando abrazamos el valor y la astucia»

En el  universo de la fotografía, hay artistas que logran trascender las simples imágenes para capturar además sentimientos, sensaciones y emociones.  Este es el caso de Daian Clari de @pareja_ideal_ph, un talentoso fotógrafo paranaense cuya lente ha tocado infinidad de vidas, inmortalizando cientos de momentos. Clari, ha estado perfeccionando su arte durante los últimos 14 años, convirtiendo instantes fugaces en recuerdos eternos. Su enfoque se ha centrado en una amplia variedad de temas, desde bodas donde el amor es el protagonista, la transición a la adultez en quinceañeras y la esencia de los platos más ricos a través de la «foodtography». 

No obstante, no camina solo en este viaje artístico. Su cómplice y compañera en la vida, Elo Acosta, también es una destacada fotógrafa. Juntos, no solo comparten su amor mutuo, sino que  además fusionan sus enfoques y perspectivas en la fotografía. Esta colaboración no solo fortalece su relación personal, sino que también enriquece su trabajo creativo, permitiéndoles explorar nuevas formas de narrar visualmente historias únicas y auténticas.

En el marco del Día Mundial de la Fotografía, desde Difundo dialogamos con él. Mediante esta entrevista, exploramos el mundo de las imágenes a través de sus ojos . Descubriremos cómo enfrentan con su esposa los desafíos y las recompensas de trabajar juntos como pareja creativa y cómo logran transmitir sentimientos y sabores a través de sus imágenes.

— Estamos al tanto que hace muchos años te dedicas a la fotografía, ya son más de 14 años ¿no? 

Sí, que agarro una cámara sí. Empecé a los 14 y hoy tengo 34, así que sí, 20 años diría yo. Profesionalmente arranqué a los 20 a laburar así que ya hace 14 años. 

— Aparte de fotógrafo, vos me contabas recién que sos diseñador gráfico…

Claro, yo estudié primero fotografía y después incursioné en el diseño gráfico, así que bueno, tengo las dos carreras casi en paralelo; primero con una y ahora esto.

— Y con respecto a esto último ¿dirías que sirve ser diseñador gráfico para la fotografía?

 O sea, como que te da un plus sí, puede ser, puede ser. Lo que pasa es que me parece que va muy de la mano y bueno, yo con mi espíritu inquieto no podía quedarme solo con eso, quería ver qué otra cosa más podía hacer o explorar. Me parece que sirve mucho a la hora de armar algo.

— Sabemos que haces fotografía de bodas, de quinceañeras, fotos de comida, ¿qué otro tipo de fotos te gusta sacar?

Bueno, me gusta mucho la música particularmente, así que estoy incursionado un montón. A mi amiga Flopa (Flopa Suksdorf), le he producido los últimos dos discos:  arte de tapa y arte de disco en general. Me gusta muchísimo también esto, hacer algunas cosas con músicos y músicas de Paraná. Meterme en ese contexto, digamos, tanto en la foto como en el diseño y poder trabajar esas cuestiones, elaborar un producto final desde mi visión, desde mi mirada.

 — Y si tuvieras que elegir uno ¿cuál elegirías?

Mira, la verdad a mí me gusta la foto callejera. Si pudiera elegir hacer eso únicamente, me gustaría. Antes lo hacía un montón de tiempo. Lo que pasa que bueno, uno empieza a trabajar y los tiempos se acortan para el ocio o para lo que uno quiere hacer, digamos, sin un tinte económico. Entonces como que se agota un poco ese tiempo, pero me gustaría volver de nuevo a eso. Me parece que hay una cuestión muy rica ahí.

Imagino que sacar fotos implica muchísima responsabilidad porque vos de alguna manera estás inmortalizando un momento especial en la vida de otra persona ¿Cómo te llevás con eso?

Sí, la verdad que la gente confía un montón en el trabajo de uno y por ahí donde siento que hay un poco más de nervios es en la fotografía de boda. Yo hago fotografía con mi esposa, es un momento único para la pareja, para la persona que la está viviendo y es como a ver qué pasa, qué emociones hay, qué cuestiones transmitís también ¿no? Para mí eso es re fuerte, porque uno ve todo el sacrificio que se hace para un evento, pero también todas esas cuestiones de atrás: la pareja, las cosas que tiene, lo bueno y lo malo, las cosas que han pasado y han concluido en eso. Me parece re copado y amo dar ese paso. Ahí uno está un poco más atento o nervioso a lo que hace, porque bueno, a veces uno puede repetir algunas cosas, pero hay cosas que son un momento, un click y no hay otro.

 — ¿Te pasó alguna vez que te dijeran esto no me gustó o que se enojaran por algo que hayas hecho? 

Así grande no, la verdad que no, hasta ahora he tenido muy buenas devoluciones. La gente se ha portado muy bien y yo también con ellos. Uno es muy autocrítico también. Si miro el trabajo de años atrás y lo que estaba haciendo, me doy cuenta del progreso y trato de estar innovando, porque en los alrededores tenemos un montón de fotógrafos y fotógrafas excelentes en el rubro; amigos y colegas, y uno siempre trata de ver qué más puede hacer para diferenciarse un poco, buscar algún estilo personal, o un tinte personal. Somos todos buenos, pero cada uno tiene su estilo, eso es por ahí lo que hace que alguna pareja te elija o algo así. 

— Recién me comentabas que trabajas con tu esposa ¿Cómo es eso de convivir y trabajar con tu pareja?

La verdad que es una compañera que amo. Más allá del vínculo matrimonial, es una compañera. Eso es muy importante. Nosotros ya hace casi 13 años que estamos juntos y nos conocimos en la escuela de fotos, estudiando fotografía. Nos conocimos ahí así que bueno, es como que nos unió  esa cuestión, esa pasión por la fotografía. Y bueno, la verdad es que me parece que es clave tener roles. Ella se encarga un montón de la gente, de los clientes. Yo trabajo más con la página, con las fotos, con la edición, con esas cuestiones, digamos. El hecho de ser dos, según lo que nos ha dicho la gente, es que por ahí cubrimos más cosas, pero de diferentes puntos. Los dos sacamos fotos de lo que sucede en el momento. Por ejemplo, ella suele ir con la novia, yo con el novio. O bueno, si es una pareja de chico/chico o chica/ chica nos repartimos. Entonces como que estamos los dos atendiendo todas esas cuestiones. Y en la fiesta lo mismo, estamos los dos todo el tiempo viendo que pasa en un lado, qué pasa del otro.

— Y cuando fue la pandemia, ¿cómo atravesaste ese momento? Me imagino que habrá sido re complejo sobre todo por lo económico y por que no se podía salir a hacer fotos. 

Y la verdad que fue bastante duro para muchos compañeros y compañeras, digamos, para el rubro de emprendedores también. Para los fotógrafos en general. Por ahí hacer lo que a uno le gusta y ser independiente cuesta un montón, pero bueno, también es cuando abrazamos el valor y la astucia ¿no? Para salir de esos momentos. La verdad es que es ahí cuando yo me reversiono con la gastronomía porque no había eventos, no había nada. Yo además tengo un trabajo de mañana, donde hago imagen pero más política; y no había nada, no se podía hacer nada. Y bueno, como que eso me llevó a ver qué más podía hacer. Un amigo, Beto de Paraná Come, me dijo: “esta es la tuya”. Así que él fue el que me impulsó y no he parado. Me parece que la gente ya ha dimensionado el valor de la imagen para vender en redes y la verdad es que le dio mucho valor a su producto o servicio a través de la imagen. Entonces me parece que ahí empezó a decir “che, tengo que pagar para que alguien me saque una foto, o haga un video”. Es como que ahora se le está empezando a dar un poco más de valor y me parece que la pandemia fue crucial para la venta, porque a raíz de eso nadie se podía mover de sus casas. La única forma de que la gente vea su producto y concrete la compra o su servicio o lo que fuera, era a través de un teléfono o una pantalla de computadora. Esas cuestiones, digamos, me parece que dieron el puntapié para que la gente valore la imagen. Y me parece que no se cortó, que siguió un montón, porque yo hasta hoy sigo haciendo un montón de fotos de clientes de esa época, así que la verdad que súper contento con eso.

 — Justamente esa es la próxima pregunta que teníamos con respecto al tema de la autogestión ¿Qué consejo le dirías a alguien que quiere empezar en la fotografía? O sea, ¿qué le dirías a aquellas personas que quieren hacer fotografía de manera independiente, autogestiva?

Mira, la verdad que estamos en una situación muy particular en realidad porque el rubro de fotografía es caro, se cotiza en otra moneda. Es una inversión poder cambiar a un equipo, comprar un lente. Yo cuando sacaba fotos no tenía mi cámara propia, tenía una cámara prestada que justamente era de ella (de Elo, su esposa) que la tuvo antes que yo. Entonces la verdad es que eso no me frenó a mí, pero mucha gente interpreta que si no tenés lo último no vas a poder.

Sí, me parece que es un excelente camino empezar por algo muy básico y poder ir creciendo porque también vos como artista te vas dando cuenta que más necesitás qué otro lente, qué otra cosa podés hacer. O sea, que no caigan en esa de decir «si no tengo lo último, si no tengo lo mejor». No, no, al contrario. Hoy en día el teléfono celular también lo uso muchísimo, a veces hasta más que la cámara. Me parece que mi consejo sería que arranquen y que lo importante es transmitir algo, más allá de lo técnico, poder sacar lo mejor posible de eso que está al frente tuyo. Y para mí lo fundamental es ser muy responsable con la gente, muy constante, estudiar, estar todo el tiempo viendo qué otras cosas pueden hacer. Para mí también es indispensable no estar aislado, sino juntarte con colegas, hacerte amigos, compartir mate, birra, lo que sea y charlar de fotos, o de lo que sea, porque eso nutre un montón. Yo antes tenía otro pensamiento. Muchas fotógrafas y fotógrafos son como muy de no compartir, pero no, al contrario, no sirve la competencia. Para mí no sirve, porque el tinte se lo da uno.

Me parece más valioso todo lo que uno tiene adentro, la mirada, todo lo que uno  puede saber, toda la técnica. Tener la mejor cámara  no sirve. Sí el recorte, la mirada, lo que observo, cómo veo a esa persona o al producto o a la situación que sea, al paisaje, a lo que sea. Cómo lo ves vos y qué te transmite eso. Mi consejo sería que es mejor empezar con lo que tengas a mano y si no tenés, pedir prestado y te mandas, ni hablar.