Envalentonado con los resultados de las PASO del 13 de agosto, el candidato presidencial de La Libertad Avanza, Javier Milei, dijo que, en caso de llegar a Casa Rosada, privatizaría el Conicet y eliminaría el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, una promesa que cosechó fuerte rechazo en diversos sectores. ¿Qué hace el Conicet y por qué es tan importante?
El Conicet es el principal organismo dedicado a la promoción de la Ciencia y la Tecnología en la Argentina. Actualmente, según explica la web de la entidad, está conformado por 11.800 investigadores e investigadoras, más de 11.800 becarios y becarias de doctorado y postdoctorado, más de 2.900 técnicos, técnicas y profesionales de apoyo a la investigación y aproximadamente 1.500 administrativos y administrativas.
¿Qué hacen esos trabajadores en su día a día? Para responder a esta pregunta, la periodista Florencia Rodríguez, de Tv Pública, se acercó al Instituto de Fisiología, Biología Molecular y Neurociencias (Ifibyne), que depende del Conicet, y habló con investigadoras e investigadores sobre los proyectos en los que están trabajando en la actualidad.
Albana Gattelli es investigadora adjunta y se dedica a buscar diferentes blancos moleculares que ayuden a generar nuevas drogas para tratar el cáncer de mama. «Lo que encontremos nosotros ahora va a tener resultados mucho tiempo después, pero si no está (esta investigación) no se llega al resultado final», explicó la experta.
«Uno en ciencia va aportando de a poquito conocimiento. Alguien lee tu trabajo, vos lo comunicás en una reunión internacional, entiende cómo funciona, lees otra cosa, hay aportes distintos. Y nosotros con nuestro aporte desde la Argentina vamos llevando todo hacia una aplicación para después trasladarlo a alguna farmacéutica que esté interesada en diseñar una droga para lo que encontramos», agregó, sobre el proceso de construcción de conocimiento y sus aplicaciones.
Araceli Seiffe es becaria postoctoral y estudia el comportamiento de personas con autismo. «Lo que hemos visto en nuestro modelo es que poniendo animales autistas con no autistas se les recupera el fenotipo», precisó sobre su área de investigación. «Nosotros trabajamos con ciencia básica, modelos preclínicos pero hemos testeado que podemos recuperar la sociabilidad actuando en el momento justo del desarrollo. Y me parece súper interesante en términos de inclusión, integrarnos de manera más justa como sociedad», añadió Seiffe.
En el Ifibyne también se investiga cómo afecta la ansiedad y la depresión al cerebro humano, como paso previo a la aplicación del tratamiento indicado. «Son patologías que se sabe que están cada vez más en aumento, se diagnostican mucho y lo que nosotros tratamos es de entender qué es lo que está pasando detrás de estos trastornos, porque se sabe muy poco. Tratamos de entender los circuitos neuronales que están detrás de estas patologías y ver cómo pueden ser alterados», detalló Carla Argañaraz, becaria doctoral del instituto.
Estas investigaciones, remarcó la experta, son de gran importancia para desarrollar nuevos tratamientos. «Es necesario tener un organismo que vele porque todos estos proyectos se estén investigando, aunque sea a largo plazo. Necesitamos lo que pueda aportar la ciencia básica para que después más adelante esto pueda servir para el desarrollo de una nueva terapia», insistió.
Otro ejemplo de la importancia del Conicet para Argentina lo encarna Cristian Zoraire, también becario doctoral del Ifibyne, que estudia la mutación genética de los tomates para generar plantas y semillas que luego los productores cosechen en sus campos y lleguen a la gente con más vitaminas para mejorar así la alimentación.
«Hoy día el país importa un 70% de las semillas que se utilizan para la producción de tomate. Entonces la idea del laboratorio es revalorizar las semillas argentinas por un tema de soberanía nacional, de tener nuestras propias semillas», indicó Zoraire, quien en paralelo trabaja «en síntesis de vitamina E, que es un poderoso antioxidante que previene el cáncer».
Fuente: Página 12